martes, 1 de marzo de 2011

Mataste la esperanza que contigo yo tenia. Suspiraba cada ves que me decías que tus ojos eran míos y que tu vida era la mía, Reconocía que eras un hombre ¡que tonta fui al pensar que nunca te iba a perder! Creía que lo tenía todo, a mi modo. Pensaba compartir contigo, ya ni modo. Nunca desconfié de ti, así. Tampoco esperaba que me fueras a mentir. Aunque fuiste todo para mi, sabia que todo acabaría en el tiempo de tu partida. Nublado el pensamiento porque tu no eres mío, por eso desde hoy en delante en nadie puedo confiar. Es fuerte el corazón, pero es difícil olvidar.

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