domingo, 20 de febrero de 2011

Domingo, seis y veinte de la tarde. Con una paja tremenda, sinceramente. Escuchando suavecito de Arjona. Se nota que es domingo. Ya no me pasa como enero que no sé ni que dia es. Nunca me gusto febrero, la verdad. Me pasa algo raro, estoy desepcionada por milésima ves, de vos. Sabía que esto iba a pasar, yo sabía. No estoy enojada, pero me duele que seas asi. Que te vayas, vuelvas, te vayas vuelvas ochocientas veces pero la culpa es mia, porque en esas ochocientas veces que fuiste y volviste, siempre que volviste, yo estaba en el mismo lugar de siempre. Pero bueno, que se yo.

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